«El éxito de 'Airbag' fue molesto especialmente para la industria que no me llamó para trabajar en años» | El Correo

2022-06-25 08:44:46 By : Ms. Maggie Lau

Esta es tu última noticia por ver este mes

Aprovecha el ofertON de aniversario, 2 meses por solo 1€ cada mes

¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión

Te quedan noticias por ver en este mes

Te queda 1 noticia por ver en este mes

Aprovecha el ofertON de aniversario, 2 meses por solo 1€ cada mes

¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión

Juanma Bajo Ulloa habla de 'Airbag' en sus bodas de plata.

Bajo Ulloa (Vitoria, 1967) nunca se ha caracterizado por seguir una línea de puntos. Sirve como ejemplo su última película, 'Baby' (2020), una fábula sin diálogos llena de imágenes bellas y sostenida por una banda sonora impresionante. O 'The parrot', un cortometraje estrenado hace una semana en su propia web en la que jugaba con el sentido que le damos a la imagen cuando cuenta con un guion hablado. Ya con la comedia gamberra, 'Airbag' (1997) dio un volantazo en su carrera haciendo lo contrario a lo que se esperaba de él tras 'Alas de mariposa' (91) y 'La madre muerta' (93). Ambas le valieron la etiqueta de cine de autor y con una road-movie salpicada de drogas y armas se convirtió en la película española más taquillera hasta que la primera de 'Torrente' la superó en número de espectadores. Después hubo muchas más números uno, pero 'Airbag' -Goya a mejor montaje y a mejores efectos especiales- fue sin duda uno de los grandes fenómenos del cine español a finales de los noventa.

– 'Airbag' es la única que no ha rodado en Euskadi. ¿Cómo se logró producir?

– Solo desde una osadía insensata y una libertad creativa radical se podía poner en pie algo así, por eso no fueron productores al uso si no unos amigos empresarios, pelotaris y cocineros, Asegarce, quienes apoyaron el proyecto. También se obtuvo soporte de la televisión nacional, vasca y la alemana. Las instituciones vascas no dieron apoyo, lo que provocó tener que trasladar en su totalidad el rodaje fuera de Euskadi (Madrid y Cantabria) y realizarlo con equipo externo.

– ¿Hubo alguna tentación de hacer una segunda parte después del éxito?

– Siempre se hablaba de ello pero, personalmente, no tenía especial interés en repetir algo que ya había tenido su recorrido. Después, la llegada de la 'cultura de la cancelación' y su nueva inquisición, han terminado definitivamente con esa posibilidad.

– ¿Le afectó de alguna manera el éxito comercial de 'Airbag'? ¿Le prmitió hacer un proyecto con mayor tranquilidad a nivel económico?

– No recibí ninguna oferta cinematográfica durante años. La llamada industria del cine español y su entorno mediático estaban especialmente molestos, había sido un éxito ajeno a sus manejos y sin pagar peaje. Cuando años después estrenamos la comedia 'Rey Gitano', una conocida revista cinematográfica mencionó la extrañeza que le producía no encontrar prácticamente material sobre 'Airbag' en la hemeroteca.

– ¿Cómo fue el rodaje, se prolongó muchas semanas?

– Un rodaje medio en España suele durar unas siete u ocho semanas. Originalmente, el de 'Airbag' iba a durar unas 10, pero fueron casi 11. La última jornada, con equipo reducido, sin sonido ni actores, y solo rodando pequeños insertos, se alargó más de 24 horas.

– En alguna ocasión ha comentado que hoy sería «absolutamente imposible» rodar una película así. ¿Cree que muchas escenas serían tachadas de incorrectas?

– Muchas o casi todas. La libre creación resulta peligrosa para el sistema, puesto que puede mover a la reflexión y propagar ideas que provoquen que la ciudadanía tome consciencia de cómo está siendo usada. Actualmente, el adoctrinamiento ideológico es tan extremo que provoca que sean los propios creadores y hasta los espectadores los que asuman y ejerzan esta reprobación en nombre de la nueva religión llamada correción política.

– 'Airbag' se estrenó en la cárcel de mujeres de Alcalá, igual que antes 'La madre muerta' en Nanclares de Oca. ¿Cómo fue recibido?

– La respuesta fue muy buena, era casi nuestra primera proyección pública y estábamos expectantes. Se trataba de un público especialmente abierto y sin prejuicios sociales, una desinhibición que ayudaba mucho a ver una película semejante.