El proyecto de confianza

2022-09-24 10:16:51 By : Mr. Niko Wu

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De un tiempo a esta parte, Gwyneth Paltrow y otras musas del 'wellness' se muestran, un tanto machaconamente, en sus redes, cepillando en seco de forma vigorosa sus admiradas anatomías mientras relatan los múltiples beneficios de realizar un acto tan sencillo como éste. Pero, ¿realmente es verdad todo lo que dicen?

Lo cierto es que Gwyneth Paltrow es un auténtico filón para hacer que nos preguntemos cosas. O, mejor dicho, lo que hay de verdad, en esas cosas. La penúltima obsesión de la fundadora de Goop es el cepillado en seco de la piel, maniobra que, tanto ella como sus colaboradoras en su exitosa empresa de wellness, muestran en sus cuentas, alabando sus múltiples beneficios como 'detoxificador' del organismo.

Al igual que los masajes con piedra de Jade, el cepillado en seco se señala habitualmente como un método eficaz para activar nuestro sistema linfático, ¿pero es esto posible? Para averiguarlo, lo mejor es empezar por averiguar, en primer lugar, 'quién' es el aludido y a 'qué se dedica'.

"El cuerpo humano consta de circulación arterial, venosa y linfática. El sistema linfático se encarga de devolver a la circulación sanguínea las proteínas y agua degradadas por las células (linfa) por un circuito de vasos que recorren de forma paralela y similar a las venas y arterias del cuerpo. De igual modo, tiene un papel relevante en la defensa del organismo contando en su recorrido por todo el cuerpo con unas estaciones intermedias conocidas como ganglios", nos explica Enrique Espiga, cirujano vascular del Hospital Sanitas Virgen del Mar (Madrid).

Dicho esto, queda claro que su misión es crucial pero, ¿cuáles son los síntomas de que no está funcionando bien? "El síntoma más característico de un mal funcionamiento del sistema linfático es el linfedema, que es el acúmulo de líquido linfático en el tejido blando de una zona del cuerpo. Previo a ello, el paciente puede experimentar sensación de pesadez, tirantez de la piel e incluso dolor al tacto por la tensión acumulada de la linfa retenida".

Otro síntoma de su mal funcionamiento sería ""un aumento de temperatura local con coloración rojiza y aumento de tamaño de los ganglios cuando hay una infección de los vasos linfáticos (linfangitis). Puede confundirse con una tromboflebitis".

Cuando el sistema linfático produce un exceso de linfa o no puede transportarla con normalidad, "se deposita entre los músculos y la capa de la piel. Clásicamente en las piernas respetando la planta de los pies, menos frecuentemente en brazos y en pocas ocasiones genitales y cara".

¿Qué consecuencias pueden acarrear? "La clasificación de los linfedemas establece un origen primario o secundario del mismo. En estos últimos, puede ser un síntoma de una enfermedad de mayor importancia que precise una pronta identificación y resolución".

Por eso, subraya Espiga, "el linfedema precisa de un diagnóstico precoz dado que su cronicidad lo convierte en irreversible por el daño generado al tejido con fibrosis y una evolución hacia la elefantiasis. En algunos casos, puede evolucionar hacia la degeneración y malignización (linfosarcoma). Durante ese proceso, puede llegar a tener complicaciones como infecciones, úlceras y deformidades, lo cual condiciona una limitación física y psicológica importante".

¿Qué podemos hacer para mejorar su funcionamiento? "El paciente debe tener conciencia de que el linfedema precisa de un tratamiento continuado para toda la vida que cuanto antes aplique será mejor para no llegar a fases irreversibles o de difícil manejo".

En los primeros estadios, "unos hábitos saludables de higiene, hidratación y cuidado de la piel son fundamentales para no tener lesiones que puedan suponer un punto de entrada de una infección".

Este especialista detalla que "evitar ganar peso y hacer ejercicio físico ayudarán, también, a combatir su formación o mantener a raya la evolución. Las medidas posturales en reposo, como puede ser la elevación de las piernas, también ayudarán a no empeorar los síntomas".

En los casos de linfedema presente significativo, "habrá que introducir el uso de terapias descompresivas para disminuirlo como son los drenajes linfáticos, la presoterapia y el uso de vendajes y medias de compresión".

La opción quirúrgica, asegura, "es rara y se bajara en casos secundarios a otras enfermedades".

Y, volviendo al tema con el que arracamos, ¿ el cepillado en seco, la maderoterapia o los masajes con piedra de Jade sirven ara mejorar el funcionamiento del sistema linfático? "Las pseudoterapias deben enmarcarse siempre dentro de un concepto multidisciplinar para nunca perder de vista la valoración y prescripción médica. Cualquier actuación que no cuente con el apoyo de la medicina, supondrá un retraso en el diagnóstico de enfermedades que pueden ser de vital importancia así como la confusión con otras enfermedades que no admiten demora en su tratamiento".

La maderoterapia u otras terapias manuales de masaje con descompresión de extremidades serían "teóricamente útiles por su efecto drenante, siempre y cuando no asocien traumatismos o golpes/impacto sobre la piel. Eso sí, para resultar útiles, precisan de un nivel de profundidad que puede resultar doloroso de conseguir utilizando utensilios. El drenaje linfático con las manos, por si parte, sí resulta efectivo y seguro".

Espiga recalca que "el cepillado en seco estaría contraindicado en los pacientes con alteración del sistema linfático dado que puede dañar por fricción la epidermis y provocar pequeñas erosiones que supongan una puerta de entrada para un infección".

En cuanto al masaje con piedra de Jade, "éste no logra una profundidad de drenaje suficiente como para tener beneficio alguno y no hay demostración de que el uso de un material u otro aporte beneficios al sistema linfático".

Para concluir, este especialista pone de relieve que "el componente psicológico del linfedema es de vital importancia no solo por lo comentado en cuanto a entendimiento de la cronicidad de la enfermedad para tratarla de por vida, sino también para asumir y normalizar, en la medida de lo posible, los cambios morfológicos de las extremidades que experimenta el paciente. Si la terapia elegida aporta un refuerzo extra en ese sentido, será bien acogida por el paciente y le ayudará en su proceso de aceptación y mejora, pero nunca puede ser algo alternativo a la medicina. En este sentido, siempre es considerable el uso de prácticas de relajación como complemento al tratamiento médico pautado":

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